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Mostrando entradas de febrero, 2020

Insomnia

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Llevo cuatro noches ya sin poder dormir, hoy el quinto día comienza y yo me esfuerzo por lucir normal mientras voy llegando al trabajo. No puedo dejar de preguntarme por qué pasaba esto, por qué al acostarme en mi cama irremediablemente mi mente me mantiene despierto por todas las horas que se supone debían de estar destinadas a mi descanso. Minuto tras minuto, hora tras hora, y al parecer ahora día tras día. Esto se estaba volviendo ridículo, el cansancio hace que mis brazos y piernas se sientan pesados y agarrotados además de darme un dolor de cabeza perenne.  De vez en cuando lograba entrar a un estado de semi inconsciencia por supuesto, una especie de duermevela en la que no estás del todo dormido pero tu cuerpo ya no soporta más y baja al mínimo tu capacidad de respuesta. Aunque eso aliviaba ligeramente mi sufrimiento intentaba evitar caer en ese estado a toda costa, aunque sufriera más el insomnio por ello. Esto porque cada vez parecían asediarme las pesadillas, algunas

Mi cielo de nacimiento

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No me gusta pensar que cuando el sol se pone en otro lugar existe un espejo que se rompe, las algas que crecen desde el fondo del mar siempre han estado allí, es ilógico pensar que hayan empezado a crecer a la par conmigo y sin embargo lo han hecho, y sin embargo el espejo yace roto debajo del diván. Llamo a todas las aves del norte al edificio de mi hogar, el reflejo de la luna invertido me espera en medio del manglar, yo navego con mi canoa en silencio por entre las rocas muertas, llego al centro de todo y observo un fuego arder bajo las aguas.  Espera a que las sombras tomen forma mientras ríes del vuelo de la golondrina, espera a escuchar sus lejanas voces e ignora la llegada del hielo que congela de los rostros los ojos y de los ojos los pensamientos mientras tú insistes y miras y buscas los rastros de un tiempo que ya no existe. El color del sol al menos es el mismo y las calles son las mismas y los aromas

Aishiteru mi amor

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Komorebi es una palabra japonesa que se refiere a la luz del sol, en específico a la tonalidad y suavidad que esta adopta al pasar a través de las hojas de los árboles. La luz de los árboles del verano que poco a poco llena nuestras calles con la tonalidad de los recuerdos y los sueños, cuando las calles tienen árboles por supuesto. Cuando no es más bonito ir al parque, sentarse un rato a pensar y a imaginar que toda la ciudad es así, cubierta de verde, de vida, de suaves sombras y tiernos vientos.  En japonés hay muchas palabras que no tienen una traducción al español, en particular hay muchos términos específicos para conceptos metafóricos, complejos, subjetivos e incluso poéticos. Samidare, por ejemplo, es un término que se utiliza para referirse a una lluvia que sucede al principio del verano. Los charcos en el parque por supuesto reflejaban el cielo nublado y las copas de los árboles, invertidas y desdibujadas, tapizaban el asfalto con sus tonos verdes y marrones acuarele

Pizarra blanca

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Observo en silencio la pizarra en blanco mientras a mi alrededor todo se desvanece, los espejos que se rompen no pueden pegarse otra vez y mi alma perdida ya no sabe a dónde correr. Mis pies me llevan como aves sin alas arrastrando hacia la puerta negra, no quiero cruzar el umbral detrás del cual tu sonrisa es sólo un espejismo fatal. Una bandera blanca se eleva hacia lo alto, tres puntos tres líneas tres puntos y el sol que se oscurece en medio del ancho mar. A veces creo oír hablar a las gaviotas mientras me aferro a mi tabla y espero, mis ojos no aguantan ya la luz del cielo por lo que sólo veo una pizarra blanca a través de mis párpados cerrados. Texto e imagen de Viento Nocturno

Él soñaba ser futbolista

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"Tiene usted mucha indormía hijo, tiene usted mucha indormía. Espere y un día se le hará su sueño de ser futbolista". Eso le había dicho su padre cuando era niño, cuando no tenía que preocuparse de nada y podía soñar y su madre le ayudaba con la tarea. Nunca hubiera pensado en ese entonces que tendría que dejar Caracas, ni utilizar su agilidad para eludir a las patrullas fronterizas.  Nunca hubiera pensado que su indormía le fallaría y que terminaría muerto en una zanja en el camino. Texto e imagen de Viento Nocturno

Dos amigas

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Después de no haberse visto por mucho tiempo, Clara e Isabela se reunieron a charlar en un bar. A pesar de que estaban un poco más oxidadas, las dos se reconocieron de inmediato y se abrazaron, felices de volverse a ver. - Amiga, por fin me van a cambiar el reóstato. Ya no sufriré de hipertensión. - ¡Yay, eso es fenomenal! Yo espero que la demencia de mi madre mejore, hoy le cambian la tarjeta madre.  Las chicas androides brindaron por la salud y bebieron un trago de aceite.  Texto e imagen de Viento Nocturno

La bella enfermedad

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La florescencia ocurrió ayer al amanecer. Se abrieron todas las flores poco a poco, extendiendo con delicadeza sus pétalos cubriendo tu inerte cuerpo. Te observé en silencio, notando cómo las raíces hundidas en tu carne, que apenas se mantenía con vida, seguían alimentándose de tu sangre. La enfermedad florida había vencido y te había apartado de mi lado. Nada más podía hacer, se había extendido demasiado pronto... Ahora mismo estoy sintiendo un ligero pinchazo en la mano. Una pequeña flor se está abriendo ya paso por mi carne. Texto e imagen de Viento Nocturno

El último beso

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Paladee por última vez el sabor plúmbico de tus labios antes de que exhalaras tu último suspiro. Mientras a nuestro alrededor los muros crujían y se tambaleaban yo no pude evitar sentir que todo esto era mi culpa, que debía haber huido contigo de la ciudad antes, cuando supimos lo de las bombas. Ahora tengo mucho frío, siento mi piel comenzar a quemar, aún tengo tu sabor metálico en la boca.  Texto e imagen de Viento Nocturno

Horizonte

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Camino por el campo de la hierba alta con un pajarillo en los labios y un comal en el alma, voy deslizándome hacia el centro como sinuosa serpiente para desde ahí poder ver todos los horizontes. Estoy en el centro de un gran vacío que entre cielo y tierra genera un ligero silbido, pareciera que abajo estuvieran cerrados nuestros párpados mientras arriba brillase un gigantesco ojo azul. Observo, miro, alzo la vista a las alturas y de pronto caigo, mis pies se desprenden de la tierra y yo me precipito hacia los lejanos cielos; siento el viento silbar en mis oídos mientras que veo curvarse todos los horizontes. Quizá esté loco, quizá ya me haya muerto o la falta de oxígeno y la presión estén jugando con mi cabeza, pero juraría que al ver desde arriba la línea de todos los horizontes pude ver como todos ellos no eran más que uno mismo, curvado, redondeado, esférico hasta volver a su propio origen. Un océ

Vuelan las golondrinas

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Recientemente leí un artículo que mencionaba a la golondrina como una de las especies en peligro de extinción. Mi corazón se empequeñeció ante la noticia tan terrible, lo que hizo que me sintiera inspirado para escribirles este breve poema en honor a toda la inspiración que nos han dado a los artistas. Espero como humanidad podamos hacer algo para evitar esta muerte. Vuelven al anochecer a sus casas todas las golondrinas, puedes verlas, mira al cielo, allá vuelan sin pesadillas ni sueños pesados ni pensamientos ambiguos, vuelven todas a sus ventanas a dormir junto a mi cama, vuelven todas a sus puertas para saludar a la mañana. Vuelan tranquilas las golondrinas por un cielo cada vez más negro, hoy una se ha enfermado y se ha quedado en cama tosiendo: sangre negra escurre de su pico tembloroso mientras la pobre golondrina muere sin nada de reposo. Las ventanas están cerradas para las golondrinas, las puertas anuncian su llegada con