La Espera
Mientras las rosas morían en el jarrón de jade de la entrada del consultorio del doctor, la mujer cantaba. No sé qué mujer era, pero su voz tenía ese sonido característico de las bocinas de primera calidad o de la presencia real de una cantante, por lo que me estaba provocando bastante curiosidad. En un momento dado la mujer paró de cantar. En los intervalos de silencio, entre los aplausos que me indicaron lo artificial de la música, el ruido de la avenida más allá de las ventanas se coló hacia el interior. "...Hidalgos saltando en el tremendum..." la voz desconocida de una persona extraña sembró en mi oído palabras forasteras a mi entendimiento. ¿Qué demonios eran esos hidalgos, y qué hacían saltando sobre lo que sea a lo que se refiera el "tremendum"? Creo que las personas se pierden de vista en las realidades en que caminan. La mujer volvió a empezar a cantar. Ella parecía ser la única que tenía muy claro lo que estaba pasando, y cumplía con su papel a la