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Mostrando entradas de abril, 2019

Nosotros, dueños de ciudades

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Las horas pasan, y seguimos aquí. Estamos en el cielo, estamos en la tierra, estamos a derecha e izquierda, delante y detrás, arriba y abajo. El aire se enriquece de toxinas y sustancias nocivas mientras respiramos, los animales nos asimilan como un peligro más de la vida salvaje y mientras los pájaros cantan nosotros también entonamos una canción. Una melodía sin ritmo, sin tono, sin armonía o composición alguna, una canción vacía y hermosa, llena de rugidos de motor, llantas contra el pavimento y el lamento de los cláxones. Estamos en el hogar, estamos en la oficina, estamos en la escuela y en el cine, en la iglesia y en el bar, en el teatro y en el cabaret. Los años pasan, y seguimos aquí.  Coches, autos, automóviles, vehículos, trocas, carros, carcasas, bochos, tsurus, jetas, yetas, camiones, camionetas, limusinas, limos, motos, motonetas, mercedes, deportivos, descapotables, carrozas, chatarras, convertibles, eléctricos, automáticos, estándar, chevis, cheyenes, julias,

Virus of the Butterfly

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I feel like I'm fading, like an old painting hanging on the wall at a forgotten corner of a lonely hall, the paint slowly starts to blur as time passes in a hurr and the gray fills every inch until there's nothing there to pinch and has fade away all the caring. I feel like a ghost wandering alone through the desertic rooms of a decrepit home, an ancient manor which breaths no more for death has left her with no core and now the rooms once filled with joy hold but silence and deploy and even that poor lonely ghost starts disappearing, forgetting most. Walking in the darkness the sleepwalker sings a song with no meaning or feelings alive and it feels like the Void is the one who guides as the body once Him no longer is mine. Text and image by Viento Nocturno

Una vida sin amor

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No hay perdón en la lluvia que cae sobre la ciudad. El alma del río que jugaba ya no se escucha más. ¿Quién soy yo para escoger una vida sin amor? Cuando el cielo al fin me encuentre muy lejos estará mi voz. Navegando por las aguas de río entre la niebla está Katyusha, quien espera a la Luna para dormir  y soñar con una diosa que toca el arpa dormida. No hay perdón para el poeta que no explora su dolor. Texto e imagen de Viento Nocturno