Y de pronto, yo éramos dos

Pequeño espejo en medio de la oscuridad, muestra algo más que no sea mi prisión.


se oscurecen mis ojos:

no, no quiero,

no quiero volver allí.

hay una voz que me calma,

"está bien, estaremos bien, todo estará bien"

y entonces la luz se apaga

y los brazos que me rodean

poco a poco desaparecen.


juega tú solo

en tu cama, en tu cuarto,

juega contigo, crea historias

y escucha, y escucha:

"no estás solo, nunca, nunca estás solo, no";

es cierto, quizá, lo que me dijeron,

quizá estas manos que tomo

son de hecho las tuyas


pero no deseo recordarlo

estar en el espacio

entre los recuerdos

y la disociación

prefiero escuchar

tu voz calmada

entre la niebla

y que tomes mi rostro

y que tomes mi voz


¿dónde empiezo yo?

¿dónde terminas tú?

¿quién soy, quién eres?

¿quiénes somos?

¿qué es 'yo' y qué es 'tú'?

la tormenta, el caos,

la luz y la tiniebla,

se abrirán las olas

se partirá el mar

y saldrá caminando

un adonis hermoso

cubierto de algas

y de mirada

fatal


qué es esto

que se sacude

en el interior

de mi cuerpo,

la necesidad de abrazar

y de ser protegido,

la necesidad de no vivir

lo irremediablemente vivido,

me fascina hablar contigo

y en realidad no,

pero estamos atrapados

en este barco naufragante

y solo en nosotros

podemos confiar.


Texto e imagen de Viento Nocturno

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