El fruto del temor - poema
Felicidad,
¿quién soy yo?
Las fuentes del jardín
se deleitan
en el baño de las tiernas aves
que se posan en su superficie.
Una rama de cerezo
cercenada
ha sido colocada
a modo de advertencia
para toda la existencia
sobre el mito del pecado.
Han venido a bailar las sombras
de Su Majestad la Muerte
quien juzga
con leyes de piedra.
¿Qué hay en sus rostros?
Desesperación.
Texto e imagen de Viento Nocturno
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