Una vida sin amor
No hay perdón en la lluvia
que cae sobre la ciudad.
El alma del río que jugaba
ya no se escucha más.
¿Quién soy yo para escoger
una vida sin amor?
Cuando el cielo al fin me encuentre
muy lejos estará mi voz.
Navegando por las aguas
de río entre la niebla
está Katyusha, quien espera
a la Luna para dormir
y soñar con una diosa
que toca el arpa dormida.
No hay perdón para el poeta
que no explora su dolor.
Texto e imagen de Viento Nocturno
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