Al respirar
mientras veía la lluvia,
esperaba por ti
mientras dormía al sol;
siempre esperé por ti,
mi amor; y hoy
he dejado de esperar.
He dejado las suaves brisas atrás
para dar paso a la cruenta tempestad:
su lluvia que hunde torres,
su viento que azota montañas.
Ven, sígueme,
visitemos estos viejos bosques,
caminemos entre los gigantes,
["Caminad"]
y veamos cómo se detienen
jamás.
Sembraré un espejo,
un lago de aguas profundas
en el que podré verte cada noche;
y así, como te vi
por primera vez aquel día,
siempre, siempre,
te recordaré.
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