Cerillos
- ¿Disculpe?
- Es bulimia. Su hija tiene bulimia. Ha mentido sobre su dolor de estómago.
- Esa mocosa... haciéndome gastar dinero inútilmente, ya verá.
Dos cerillos se encendieron en la oscuridad, y las demacradas caras de profundas ojeras que alumbraron parecían tener mil años, aunque en realidad contaran con menos de dieciocho. No es fácil distinguir quién es la chica y quién es el chico de los dos. ¿Acaso sean dos chicas, o dos chicos? A quién le importa...
- Mi cerillo ha ganado. - una sonrisa cruel y triunfante frunce los delgados labios de la persona a la derecha, mientras la de la izquierda queda sumida en la tiniebla, pues su cerillo se ha apagado. Su voz es menos que un susurro.
Al instante siguiente, ese cerillo también es historia. Entonces reina el silencio, y todo cesa.
Dos cerillos se encendieron en la oscuridad, y las demacradas caras de profundas ojeras que alumbraron parecían tener mil años, aunque en realidad contaran con menos de dieciocho. No es fácil distinguir quién es la chica y quién es el chico de los dos. ¿Acaso sean dos chicas, o dos chicos? A quién le importa...
- Mi cerillo ha ganado. - una sonrisa cruel y triunfante frunce los delgados labios de la persona a la derecha, mientras la de la izquierda queda sumida en la tiniebla, pues su cerillo se ha apagado. Su voz es menos que un susurro.
Al instante siguiente, ese cerillo también es historia. Entonces reina el silencio, y todo cesa.
Comentarios
Publicar un comentario