El Horno

"Desapareció en el interior del horno, esa es toda la verdad. Se los juro por mi nombre que es Zivon, por mi madre y por mi vida misma. Se metió mientras jugábamos a las escondidas, la pude ver porque yo me oculté detrás de la puerta de la alacena. Llegó corriendo con su vestido negro ondeando como la corola de una flor de luto en primavera, abrió la puerta del horno y se metió a horcajadas en su interior. Recuerdo que sus piernas, sus pies, sus muslos, tenían una textura suave, o al menos eso es lo que parecía cuando se metió en el horno, lo digo por la forma en que sus músculos se movieron a la hora de hincarse y entrar. Después de eso cerró tras de sí, su mano infantil, frágil, tan adorable desapareciendo en la oscuridad. No, no llegué a tocar esa mano, ¡ya os lo he dicho! Pero lo cierto es que lo era. 

"Poco después Archard, nuestro otro amigo, terminó de contar. Vino por la puerta del patio, supongo que creyó que habíamos ido a escondernos entre los manzanos. Iba todo de negro, con sombrero negro, traje negro. No pude verle la cara, pero supe que era él. Sí, ya sé que todo el mundo iba de negro por el funeral de la madre de Iraida, pero los cabellos rojos de Arch son reconocibles donde sea. En fin, la cosa es que llegó, abrió el horno, y como yo os lo digo lo volvió a cerrar y se fue a buscar a otra parte. Eso me pareció de lo más raro, pues yo estaba seguro que apenas abriera la puerta la encontraría allí dentro, probablemente llorando, y vaya rincón para llorar, lo sé. Pero es que Iraida me había contado que su madre solía prepararle galletas cuando estaba enferma, y es normal que con la tristeza del funeral quisiera ir a esconderse a un sitio así a llorar. 

"Que no, no sé dónde está, les juro que la última vez que la vi fue cuando se metió en el interior del horno. Sí, sé que debido a mi problema de epilepsia tiendo a tener lapsos de tiempo en blanco, sin memoria de lo que he hecho o lo que ha pasado, pero en esa ocasión estoy seguro que no pasó así, ya que pasaron sólo unos seis minutos entre que vi a Iraida esconderse en el horno y que Arch me encontró en la alacena. ¿Qué, que no fueron seis minutos, si no casi dos horas? No es posible, seguro que Arch ha debido confundirse, estoy seguro de que no pasó tanto tiempo. Sí, sé muy bien lo que su reloj decía, ¿pero consideran normal que una persona pase dos horas buscando a sus amigos en una casa llena con invitados dolientes por la muerte de la madre de su amiga Iraida?

"¿Qué? Sí, cuando llegó se mostró muy preocupado, al parecer no habían encontrado a Iraida y todo el mundo la estaba buscando por todas partes. Lo sé, quizá parezca una reacción exagerada dada la posibilidad de que Iraida simplemente hubiera deseado un momento de privacidad y hubiese escapado, pero sin embargo lo que ustedes no saben es que Iraida sufría de depresión y de trastorno de ansiedad. La gente comenzaba a imaginarse sobre lo mucho que podría haberla afectado todo aquello, tenían miedo de que se matara.

"No, eso no lo sabía, ¿la han encontrado en serio? ¿Dónde está? ¿Está bien? No, en verdad que no sé nada al respecto, ¿podría decírmelo ya? Está bien, está bien, contestaré antes a sus preguntas, no se preocupe. Sólo espero que ella esté bien... ¿Que por qué me preocupo tanto por ella? Bueno, pues... Lo cierto es que estaba... estoy enamorado de ella. Éramos los mejores amigos desde siempre, pero ella siempre había preferido estar con Archard, por lo que nunca me atreví a interferir con mis sentimientos, los quería demasiado a los dos. ¿Qué? No no, realmente no. Jamás llegué a odiar, o siquiera a sentir celos o enojo hacia Archard. Es algo así como mi hermano del alma. De hecho... Bueno, no, no es nada...

"¡Oh qué pesados por dios! ¿Quiere que se lo diga? Es algo privado, y... Vale, ya he visto su cara, está bien. Si el hecho de que no se lo quiera decir me hace ver más sospechoso... Pues verá... He llegado a pensar, que quizá también estaba un poquito encariñado con Archard... No sé si me entiende... Bueno, sí, que también me estaba enamorando de él a fin de cuentas. Sí, soy consciente de que al parecer amaba a dos personas, por eso me confunde tanto, y más siendo que son de sexos distintos, pero en fin. Es algo que apenas comenzaba a sospechar. ¿Que por qué? Oh vamos... Esos detalles pueden preguntárselos al psicólogo que me entrevistó antes, ¿vale? Como a cualquiera, me incomoda un poco hablar de esas cosas con desconocidos y en una posición desventajosa.

"Hablando de eso, ¿qué les dijo el psicólogo de mi? Creo que tengo derecho a saber los resultados de dichas evaluaciones, ¿o acaso la ley ya ha llegado incluso a esos extremos como para afectar la profesionalidad de la psicología? Lo sé, pero, ¿realmente considera que influiría en algo si no me lo dijera? Vamos... ¿Quién es él? ¿Qué hace aquí? Qué... ¡Os he escuchado susurrar! Lo escuché, lo escuché. El psicólogo dice que estoy cuerdo, ¿eh? ¿Entonces por qué damos tantas vueltas respecto a lo mismo, si ya os han mencionado que lo único que tengo es epilepsia y una confusión, esta maldita confusión que no me ha dejado en paz desde que habéis empezado con lo vuestro?

"¿Que lo describa otra vez? Vale, lo haré. Pero por favor, dejadme en paz ya pronto, ¿sí? Y decidme qué tal está ella... Era un horno muy antiguo ciertamente, enorme. No era, y de eso no me cabía duda alguna, un horno hogareño. Negro, imponente, de puertas aceradas y sin brillo alguno, parecía uno de esos hornos antiguos que se usaron durante la revolución industrial, uno de esos monstruos negros y gigantes, poco prácticos, que al poco tiempo pasó a ser sustituido por los antecesores de los modernos hornos panaderos. No se ponga pesado, sé tanto al respecto porque yo mismo tengo una panadería. No, no es muy conocida, no tenemos mucho dinero, porque regalamos siempre pan a los pobres. ¿Que si eso me molesta? Para nada, lo que me molesta es su dolor. Es horrible que vivamos en un mundo así, con tanto dolor, y que haya tan poca gente dispuesta a sentirlo o siquiera notar su existencia.

"Sí, así es, el horno podía encenderse desde fuera. ¿La música que sonaba en ese momento? La "Danse Macabre" de Saint-Saens. Sé perfectamente que no es una música muy apropiada para un funeral, pero no se preocupe. Esas personas no están locas, lo único que pasa es que aman realmente la vida. Sabían muy bien que a la madre le encantaba esa canción, y todos ellos, el círculo de amigos de la familia, habían crecido con esa curiosa y positiva ideología de tener una sonrisa ante la muerte, de apoyarse todos entre todos, de ser y dejar ser... Lo sé, la madre de Iraida era una mujer muy buena, por eso no me explico que ella estuviese tan deprimida. Sí, traté de ayudarla, incluso iba a conseguir que viera a mi psicólogo, pero todo pasó tan rápido, la muerte de su madre fue tan abrupta y dolorosa, que....

"Sí, escuchó bien, mi psicólogo. Estuve yendo hace algunos años con él a causa de unas pesadillas que acompañaron el inicio de mi epilepsia, y que me hicieron pensar que quizá estaba loco. Es muy buen tipo, me tranquilizó y gracias a lo que estuve analizando con él pronto supe que tenía epilepsia solamente y que debía calmarme. ¿Contarle mis pesadillas? ¿No es eso hurgar demasiado en mi vida privada? Vale, le diré. Hace algunos años, soñaba muy seguido que era raptado a media noche. Un demonio rojo llegaba de pronto por la ventana, abriéndola sin preguntar, y entraba junto con varias sombras negras. Entre todos me agarraban y me obligaban a tomar algo. Poco tiempo después de esas pesadillas, comenzaron mis ataques de epilepsia.

"No, estoy seguro que eran pesadillas, nunca vi señales de lo contrario. Bueno, sí, realmente existe esa posibilidad. Yo también estuve pensando en ella mucho tiempo, ¿pero por qué alguien querría inducir epilepsia a otra persona?

"Antes. Veamos, antes qué sucedió. Antes de la epilepsia, fue cuando pasó según recuerdo aquel extraño accidente. Una maestra de nuestra escuela, la señorita Luzmelia, comenzó a hablar sobre el sistema educativo con los otros profesores. Ella era maestra de artes, se imaginará que tenía un pensamiento algo divergente del que tendría cualquiera. Se entendió de inmediato con la maestra Minerva, de filosofía, y juntas llevaron poco a poco a todo el sistema educativo muy cerca del punto de quiebre que significaría la huelga. ¿Que qué pedían? Oh, más arte y libre pensamiento según tengo entendido, aunque nunca me dejaron escuchar bien esas palabras, o por alguna razón, son ideas que ya no consigo rememorar. El gobierno y el director de la escuela las ignoraron mucho tiempo, les dieron diversas advertencias, les quitaron el sueldo docente... Hicieron de todo al final, pero ellas no se rendían. Finalmente, una mañana de domingo, el piso donde vivía la señorita Luzmelia se incendió. Sí, fue ese incendio, de la mujer que vivía en el último piso por lo que los bomberos no lograron alcanzarla. La señorita Minerva vino a despedirse de nosotros la mañana del lunes. Al parecer se había visto tan afectada que deseaba irse del estado, y quizá del país, lo antes posible. Toda una lástima, eran excelentes maestras...

"Sí, efectivamente, hay algo extraño en que a nadie se le hubiera ocurrido antes sospechar de que ese evento pudiera tratarse de un ejemplo de represión. Ciertamente, a mí incluso me ha costado recordarlo. ¿No les parece curioso? Creo que cuando lo pasaron en la televisión dijeron algo... No sé qué fue, pero ese algo me hizo restarle importancia poco a poco al suceso. ¿Eh? Ah, sí, ese es el nombre de mi psicólogo. ¿Qué? No, no sabía que era un tío político de Archard. ¿Qué insinúa? Archard es mi mejor amigo, y si usted se atreve a acusarlo le juro que...

"Lo sé, lo sé, una de las familias más poderosas no sólo de la ciudad, sino del país y hay quien dice que de América Latina. Sin embargo, ¿qué pintan ellos en todo esto? Francamente me está asustando, y me niego a decir nada más hasta confirmar que Iraida esté... ¡¿Qué?! ¡No es posible! ¡¿Muerta?! Pero... ¿cómo? ¿Por qué? ¿Quién podría cometer una monstruosidad como esa? ¿Sobredosis de anti convulsivos? ¿Esa fue realmente la causa de muerte de la madre? ¿Y por qué los periódicos dijeron...? ¡¿Los anti convulsivos pueden llegar a provocar depresión?! Pero, ¿y el horno? ¿Y la gente? Había mucha gente allí.

"No, no lo sé. No. Ciertamente, no. ¿Qué sucede? ¿Por qué se han quedado callados de pronto? ¿Por qué me miran con esa extraña sonrisa en la boca? ¿Qué...? Espere, ¿por qué ha sacado la pistola? No, no debería d-de amenazarme... T-Tengo derechos... L-Los derechos humanos, y..."

- Como podemos concluir en base al texto anterior, se trata de un paciente con un síndrome de esquizofrenia paranoica. ¿Alguno de ustedes me puede explicar por qué? ¡Oh, se ha acabado ya la hora! Bien chicos, para mañana, quiero que me presenten un trabajo escrito a mano donde justifiquen dichas conclusiones. Eso ha sido todo por hoy, nos vemos mañana.

Los alumnos de aquella clase de psicología salieron en orden. No es relevante realmente que nos preguntemos en qué nivel educativo estaban, universidad o preparatoria, da lo mismo. En ambos casos son estudiantes, tan simples e indefensos, tan soñadores y llenos de vida. Son visionarios, miran el futuro con ojos ardientes, ¿y qué ven en dicho futuro? Muchos dirán que ven cosas adversas, que se ven en una casa con el césped bien cortado, que se ven con una familia y un perro, con un trabajo, un puesto importante, de presidentes de una nación, descubriendo algún importante avance científico, siendo cantantes famosos... Pero lo cierto es que todos ellos cuando ven al futuro, ven el horno. Ahora que has leído este texto, te invito a preguntarte: ¿por qué estoy viendo un horno? Cuando afuera hay sol, lluvia, viento, aves, mar, infinito... ¿Por qué centramos nuestra atención en ese monstruo, ese horno tan grande y feo?

El horno se abrió lentamente en aquella gran explanada de pastos muertos. De su interior surgían llamas negras. Apenas la puerta tocó el suelo, empezaron a desfilar, uno tras otro. Todos los niños entraron. El horno se cierra, y unos segundos después... ¡Voilá! Han desaparecido. ¿Acto de magia, o destrucción del ser? El lector juzgará, y mientras, aquel horno seguirá humeando en la explanada...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Niño malo

Cuando el frío descienda